sábado, 10 de julio de 2010

Sueños reales.


CAPITULO 1: Recordando la noche.






Estos sueños, cada dia me parecen mas reales.
Ese hombre, ¿quien es? ¿Porque me hace esto?


-¡Adrian!. Adrian porfavor abre la puerta.- Le suplique llorando y gritando.
Me temblaban las piernas, los brasos, mis dientes castañeaban y mi corazon latia a mil por hora.
-¿Que pasa? ¿Que haces aqui a esta hora? - Me pregunto abriendo la puerta, se encontraba en pijama
-¡Ayudame por favor! No se que hacer, tengo miedo.- Le dije lansandome a sus brasos.
Jamas habia sentido tanto miedo como ahora. Las imagenes golpeaban mi cabeza como piedras y el
recuerdo de su voz arañaba mis oidos.
-Salma, no me asustes.- Entramos a su casa.
No era capaz ni de caminar, el miedo invadia cada centimetro de mi cuerpo, congelandolo.
-Dime, ¿que te paso? ¿Te han echo algo?
-No.- Alcanse a decir entre sollosos.
-Y, entonces.-
-Adrian, volvio, volvio el tipo de mis sueños... Adrian algo me esta pasando.-
-¿Como que volvio? Creei que ya habia hablado de esto, son solo sueños.-
-¡NO!- Le grite tomandolo por los hombros. -¡Son todo menos sueños.!-
-Tranquilisate por favor.- Me sento en el sillon frente a el. -Haber, cuentame ¿que paso ahora?-
Intente tranquilisarme, pero el simple recuerdo del sueño, hacia que mi respiracion se volviera entrecortada.
-Lo volvi a ver en sueños, pero ahora era diferente, habia cambiado. Su rostro era mas cruel y su mirada
me aterrorisaba. Al principio solo me miraba, pero despues comenso a hablarme, a decir cosas que pasarian
y al despertar... al despertar.- No pude contener mas las lagrimas.
-Salma, tranquila, ¿que pasaba al despertar?-
-¡Se volvia realidad! ¡Lo que el decia! ¡Realidad!- Grite desesperada.
-¿Que cosas Salma? Dime, ¿que decia?.- Comense a notar su desesperacion.
-Primero eran cosas sin importancia, una persona con un maletin negro cruzando la calle, un gato blanco en la
escuela, pero luego comenso a ponerse peor...- Comense a temblar, era imposible que dejara de asfixiarme con
mi llanto.
-Salma, Salma, tranquila, respira porfavor.- Me abraso e intento calmarme acarisiando mi espalda.
-Vi como dos autos chocaba, exactamente como el me lo dijo, vi como asaltaban y mataban a un hombre, vi como
un hombre moria de un infarto...- Llore mas y mas. No podia controlarme, tenia miedo, tenia mucho miedo.
-Salma, ¿porque no me lo dijiste antes?- Me pregunto poniendo su mano bajo mi barbilla.
-No podia, me dijo que si le contaba a alguien el destino cambiaria y seria peor.-
-¿Peor? ¿Peor que esto?-
-Adrian, yo..-
Un destello me ciega, los recuerdos del sueño pasan por mi mente como una pelicula. Su voz suena en mis recuerdos,
sobresaliendo a todo... "Si cambias el destino, cambias el futuro. Si cambias el futuro, yo cambiare tu pasado."

-¡Salma!-
Su voz me desperto de mis recuerdos.
-"Si cambias el destino, cambias el futuro. Si cambias el futuro, yo cambiare tu pasado."-
-¿Que es eso?-
-Es lo que me dijo, ayer...-
-¿Solo eso? No tiene sentido, porque..-
Lo interrumpi, el recuerdo de ese sueño estaba llegando mas claro a mi mente...

-Estaba sentado, justo frente a mi. Me miro por mucho tiempo sin parpadear....
--Quisiste cambiar el destino de esas personas, pero solo lo empeoraste.
ahora quieres cambiar el tuyo, pero ya no puedes. Yo te lo adverti, te adverti que
te alejaras de el, sino querias que el muriera, pero no lo hiciste.
--¿De quien me tenia que alejar?
--De Adrian. Ahora, para que el futuro siga igual, tendre que matarlo.

-¿Matarme? ¿A mi? ¿Porque?- Me dijo desesperado y aun sin entender nada.
-No lo se.- Conteste inpotente de poder decirle una respuesta mas tranquilisante.

Un leve sonido hizo que mi corazon se aselerara aun mas. Un chasquido en el techo, despues un pequeño sonido
y un golpe sordo de algo...

-¡Adrian!- Grite empujandolo.
Un cuadro que tenia en la sala, cayo de la nada. El techo se cuarteo sin motivo, la pintura de la pared de humedesio
haciendo que el clavo se soltara y el cuadro cayera, justo en el lugar donde estaria la cabeza de Adrian si no lo
hubiera movido.

-Esa, esa era mi muerte.- Me dijo en tono ironico.
-Algo asi.-
-Tenemos que buscar ayuda, alguien debe saber sobre esto.-
-¿Quien? ¿Que persona le creeria a dos adolecentes que son amenazados por un sueño?-
-Debe haber alguien tan loco, como nosotros en esta ciudad.-

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